Nota Final de la Misión Cultural 2019

 La fase final de esta Misión Cultural 2019 fue cubierta en Medellín, cabecera del Departamento Antioquia, Colombia. A similitud de numerosos topónimos de América Hispana, su nombre evoca al del Municipio homónimo de la Provincia de Badajoz, cuya Capital es la ciudad del mismo nombre, perteneciente a la Región de Extremadura, España. En aquel Municipio el invasor y genocida Hernán CORTÉS, de donde era oriundo, es recordado por un monumento.

El 24 de junio de 1935 la máquina que retiraba, después de una presentación artística en esta ciudad colombiana, al conjunto musical liderado por Carlos GARDEL, no llegó a despegar y, en el carreteo sobre la pista del antiguo Aeropuerto, se incendió decretando su adiós terrenal (Foto 1: P. Nazar con temporizador Monumento; Foto 2: ídem, ídem, Casa Gardeliana; ambas en barrio tanguero histórico, Medellín, 1989).
En 1968 tuvo lugar en la ciudad colombiana un trascendente encuentro de eclesiásticos católicos: la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, conocido por sus siglas CELAM, en la que desembocaron modificaciones teológicas iniciadas por el Papa JUAN XXIII y retomadas por su sucesor PAULO VI. Allí se consolidó y tomó envergadura definitiva, una corriente católica gestada en 1967, desde Brasil por el entonces Obispo Hélder CÂMARA: el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM). El encuentro fundacional de Medellín tuvo la adhesión formal de cuatrocientos sacerdotes argentinos, entre los que se incluyó a los asesinados Obispo Enrique ANGELELLI y Padre Carlos MUGICA y la de quinientos religiosos adicionales de otros Continentes. Esta corriente insurgente dentro de la histórica rigidez clerical del Catolicismo crecía apareada con manifestaciones extra eclesiásticas en el mismo sentido: la acción revolucionaria de Ernesto GUEVARA con epicentro en el Oriente Boliviano, las primeras organizaciones armadas en Uruguay, Brasil, Chile, Argentina, el Primer “Cordobazo” en esta última.
Aquella violencia crónica, que también reseñé en esta Serie, que acompañó desgraciadamente a la sociedad colombiana a lo largo de seis décadas, tuvo un reducto destacado en el barrio ‘paisa’ (tal el gentilicio popular de los nativos de Medellín) de la Comuna Trece. Aquí se recluían, tanto células de organizaciones guerrilleras como avanzadas de grupos para-militares (llamados allá ‘sicarios’) y contingentes formales de Policía y Ejército; para conformar un ámbito tenebroso de secuestros, crímenes fulminantes, víctimas inocentes de fuegos cruzados, puestos de salud y escuelas baleadas, suspensión de clases, riesgo de vida en sus empinadas y tortuosas calles. Ese pasado fatalista y letal (Foto 3: tapa de la obra de un protagonista de la época) de la Comuna 13 dio paso, en los últimos años en concordancia con los Acuerdos de Paz gestados por el ex Presidente Juan Manuel SANTOS CALDERÓN, a obras de infraestructura, que la re-convirtieron en escenario pacífico (Foto 4: P. Nazar, con temporizador, vista parcial de Comuna 13, Misión Cultural 2018) de intervenciones artísticas sobre muros, dando lugar a cotidianas visitas turísticas. Yo fui uno de los visitantes y aquí finaliza esta Serie de Notas 2019.
Bogotá, julio 2019






Comentarios

Entradas populares de este blog

BRASIL de Principios de Siglo XX: HEREDERA del EXPANSIONISMO Portugués

LA SANGRIENTA INVASIÓN COLONIAL

Camilo TORRES: la Cruz Cristiana en todos los Frentes de Lucha